El peluquero canino de Florida Osvaldo Sánchez acusado de hacerse pasar por veterinario

Una chihuahua preñada de seis libras llamada Sugar estaba luchando por dar a luz a mediados de mayo, problema que un veterinario probablemente podría haber resuelto con relativa facilidad. En cambio, un peluquero de perros que se hacía pasar por un veterinario estropeó la cesárea de Sugar, dijeron las autoridades.

Una semana después, Sugar murió.

El viernes, Osvaldo “Ozzy” Sánchez de Naples, Florida, fue acusado de dos delitos graves: practicar medicina veterinaria sin licencia y crueldad animal con resultado de dolor, sufrimiento y muerte. Su fianza se fijó en 60.000 dólares, que se pagó antes de su liberación el sábado.

Sánchez, de 61 años, no respondió el martes a las solicitudes de comentarios del Washington Post. Los registros judiciales no incluyen un abogado para él.

El 18 de mayo, uno de los dueños de Sugar, una mujer identificada como "BD" en documentos judiciales, estaba en casa con el chihuahua de 6 años mientras su esposo estaba fuera de la ciudad por trabajo, escribió el detective del sheriff del condado de Collier, Bruce Cordivari, en un declaración jurada.

Sugar estaba teniendo problemas para entregar a su camada, por lo que BD llamó a su esposo, identificado como "LP" en la declaración jurada, para pedirle consejo. Como BD no pudo conducir esa semana, afirma la declaración jurada, la pareja descartó su clínica veterinaria habitual para recibir tratamiento. En cambio, LP contactó a Sánchez, quien previamente había tratado a uno de los otros perros de la pareja, agrega. A LP le dijeron que Sánchez era veterinario cuando los presentó por primera vez un amigo en común, según la declaración jurada.

Sánchez le dijo a LP que estaba cerca de la casa de la pareja y que podía pasar para ver a Sugar, afirma la declaración jurada. Supuestamente advirtió a LP que podría tener que realizar una cesárea.

Sánchez llegó a la casa de la pareja en una camioneta adornada con "Ozzy Pet Grooming", escribió el detective en la declaración jurada. Sánchez supuestamente llevó a Sugar a la camioneta, donde la examinó. Le dijo a BD que tendría que operar, luego le inyectó a Sugar un analgésico y anunció que tenían que esperar a que el sedante hiciera efecto, afirma la declaración jurada. BD aprovechó la oportunidad para regresar a su casa para hacer algo.

“Cuando regresó a la camioneta, Sánchez ya había abierto a Sugar y Sugar lloraba fuerte de dolor”, afirma la declaración jurada.

BD interrogó a Sánchez sobre el llanto, lo que lo llevó a inyectar más sedante al perro, según la declaración jurada. Luego supuestamente le quitó a Sugar un cachorro que nació muerto y lo “arrojó a la basura en su camioneta”. Cosió la incisión de Sugar antes de irse, afirma la declaración jurada.

La pareja supuestamente le pagó a Sánchez $600 por el procedimiento.

Aunque Sánchez le dijo a BD que Sugar se despertaría en un par de horas, la chihuahua no lo hizo durante más de cinco horas, y cuando lo hizo, estaba atontada y no podía caminar, según la declaración jurada.

Las cosas fueron cuesta abajo a partir de ahí, afirma la declaración jurada.

Al día siguiente, Sugar comenzó a temblar y “no se encontraba bien”, tanto que sus dueños temieron que muriera, según la declaración jurada. Al día siguiente, el 20 de mayo, la llevaron a su veterinario habitual, quien notó que Sugar estaba ictérica, extremadamente letárgica y “al borde de la muerte”, afirma la declaración jurada. Los dueños de Sugar le dijeron que se había sometido a una cesárea en casa, lo que fue una señal de alerta para el veterinario, ya que dicho procedimiento generalmente se realiza en un entorno médico.

El veterinario notó que la incisión había sido cosida con “algún tipo de hilo” en lugar de suturas estériles, afirma la declaración jurada. Encontró la herida enrojecida e hinchada y descubrió que había sido recubierta con un inusual “spray plateado brillante” que nunca había visto antes, según la declaración jurada.

El veterinario y el resto del personal de la clínica trataron a Sugar durante días, le colocaron una sonda de alimentación y le dieron medicamentos para el dolor y la inflamación, escribió el detective. Pero ella no mejoró. Después de cinco días, el personal recomendó a los propietarios trasladarla a otra clínica veterinaria con una máquina de ultrasonido tecnológicamente más avanzada.

El 25 de mayo, los veterinarios que examinaron a Sugar describieron sus puntos como “amateuristas y poco profesionales”, y señalaron que nunca habían visto un patrón de sutura así, según la declaración jurada. Cuando el personal llamó a Sánchez para obtener más información sobre la cesárea, supuestamente les gritó, diciendo que no tenía tiempo para hablar antes de colgar. Una ecografía reveló que el estómago de Sugar estaba significativamente distendido e inflamado y que su páncreas estaba hinchado e inflamado, según la declaración jurada.

Después de un procedimiento de dos horas, sus dueños llevaron a Sugar de regreso a su clínica habitual, afirma la declaración jurada. La dejaron allí para recibir más tratamiento y se fueron a casa. Más tarde esa noche, el personal llamó para informarles que Sugar había muerto.

Fue una muerte evitable, dijeron las autoridades. El veterinario de la pareja le dijo a un detective que si un veterinario real hubiera realizado la cirugía original, Sugar probablemente habría sobrevivido, afirma la declaración jurada. Dijo que ni a él ni a los otros veterinarios de la clínica nunca le había muerto un animal a causa de una cesárea, según la declaración jurada.

El detective Cordivari revisó los registros estatales y no encontró ninguna licencia veterinaria para Sánchez, afirma la declaración jurada. Se encontró con una licencia comercial que Sánchez había obtenido cuatro años antes. En 2019, creó una sociedad de responsabilidad limitada llamada “Ozzy Tree Service and Lawn Care”, según la División de Corporaciones del estado. Un año después, cambió el nombre de la empresa a "Ozzy Pet Grooming".

Aproximadamente una semana después de la muerte de Sugar, Sánchez supuestamente llamó a sus dueños una noche tarde para preguntar quién había presentado una denuncia penal en su contra. Le dijo a BD que no tenía licencia de veterinario y que podía ir a la cárcel, alegan las autoridades.

Está previsto que Sánchez sea procesado el 5 de septiembre. Se enfrenta a hasta 10 años de prisión si es declarado culpable de ambos cargos.